Una cita con John Cap. 2

Salí hacía la cafetería ahí me quede paralizada viendo como mi próxima víctima venía en mi dirección.

Un viento frío me recorrió la espina dorsal al escuchar su voz era tan... aterciopelada.

-Hola! me preguntaba si... tu sabes, si me puedo sentar. -preguntó poniendo su bandeja de comida en MI mesa.

-Por supuesto. -dije intentando sonar... atractiva o por lo menos comenzar a gustarle para luego ir a la fase dos de mi plan.

Me senté con mi bandeja y empecé a "comer" con mi futuro alimento. Con mi anterior clan aprendí a convivir con la sociedad, en IEPV me enseñaron a fingir que estaba comiendo. Era muy útil.

Estaba muy entretenida cuando nuestras miradas se cruzaron y me perdí en sus bellísimos ojos azules. Sentí algo inexplicable, como un toque eléctrico pero no era realmente eso, no encuentro la forma de explicarlo. Me acerque a él y el se acercó, de pronto reaccione.

-Oh lo siento, me tengo que ir. -dije mientras me levantaba de la mesa y me dirigía al contenedor de basura. Luego cuando acabé de tirar toda la basura comencé a buscar mis útiles para la próxima materia. En esa clase estaba Carolina una amiga vampira que trasladaron a esta escuela también, era muy carismática y nunca te cansabas de estar con ella. Me fui al salón de historia para encontrarme con una aburrida clase de historia universal. Luego de eso me fui a mi casa y a revisar mi agenda. Tenía una cita hoy con John un humano que recién conocí en el parque era muy divertido y la cita era en una heladería. Tenía que arreglarme y salir para estar allá a las 5:00 pm eran las 4:00 así que no tenía mucho tiempo. Agarré un vestido muy corto y unas botas negras al igual que el vestido. Me peiné con una coleta y una diadema luego agarré mi bolso y me fui directamente a mi auto un Ferrari de lujo que me mandaron de la IEPV para no sentirme tan aislada de mi antigua vida. Cuando vivía con mi clan era millonaria por lo tanto cuando me reubicaron quisieron hacerme sentir bien así que me lo mandaron.

Llegue al parque y lo busqué el ya estaba en la heladería así que me acerque lentamente. Y lo besé cerca de la comisura de los labios. El se sobresalto y pidió los helados. Cuando los acabamos lo invité a mi casa.

-¿Quisieras venir a mi casa?

-Por supuesto, sería un honor. -me respondió cortésmente, lástima que acepto.

-Sigue mi auto, creo que ya sabes cual es ¿no?

-Pues no, la verdad no.

-Es un Ferrari negro, lo reconocerás fácilmente. No hay muchos Ferraris aquí.

-De acuerdo yo te sigo.

Llegamos a mi casa y todas las luces estaban apagadas. Un apagón, perfecto para la escena del crimen.

-Jaja. -me reí en voz baja al pensar en esto.

-¿Por donde es tu cuarto? -preguntó ignorando mi risita, al parecer no la había escuchado. Era
muy directo, así me gustaba pero no lo llevaría allá, mis cobijas estaban limpias y no las ensuciaría de sangre.

-Por el momento no iremos allá que te parece te muestro mi otro auto. -pregunté inventando que tenía otro auto.

-Claro, sería estupendo.

-Es por aquí. -dije escoltando a el garaje donde guardaba mi auto.

-Huy, aquí no hay ningún auto.

-De eso se trata.

Me fui acercando lentamente hacía él desde atrás para luego morderlo justo en el cuello. Lo comencé a besar una y otra y otra vez hasta que no me pude controlar, su olor era asombroso por eso lo había elegido, y lo mordí.

-Aaaa!! -comenzó a gritar él.
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